Una de las cosas que agradeció fue que hubiera poco tránsito de vehículos, el tiempo total del viaje fue menor de una hora, así que aprovechó con su pareja y pasar a desayunar antes de perderse entre tanta gente, entre tanta urgencia, entre tanto asombro.
Los dos primeros pisos del estacionamiento estaban llenos, así que se tuvo que conformar con el sótano del sótano. La entrada al lugar estaba flanqueada por unas modelos que te pedían llenara una encuesta por demás pequeña o tal vez ridícula, ya que sólo tenía cuatro renglones, y dos lo llenó con su nombre y su correo, el clásico “como te enterastes?”, así que al final quedaba la pregunta real: quieres otra fecha en el año o así ta güeno?, la plegaria quedó colgada en las paredes: ojalá no hagan dos o más, con una está bien.
Una vez pagadas las entradas, la vista de la puerta le hizo asomar la primera de muchas sonrisas que llevaría pegadas dentro del evento al ver montados trajes a tamaño real, seguidos de bustos y estatuillas de una calidad etzelente. La vista del interior fue arto conocida, ya que se veía igual a los años anteriores, sin embargo había sorpresas en el camino.
Al avanzar los pasillos repletos de deseo, malsano por cierto, comenzó a notar pequeños cambios, posiblemente su olfato lo engañaba, pero sentía un cambio y eso prendió sus sentidos, dispuesto a encontrarlos, a notarlos, a saborearlos.
Y al final los vio, los notó desde antes de entrar en ese último pasillo que lo llevaría hasta ellos, hasta la muestra que para él significaba el meollo de toda aquella revoltura de humores: los trabajos de los fans: las maquetas: los modelos: los dibujos: las grandes intenciones. Realmente fue algo muy bueno verlos dentro del cuerpo de la vendimia, puede por fin implicar el inicio de una real exposición de coleccionistas, algo por lo que va año tras año, el motivo que hace que el adicto se una y reconozca a sus congéneres.
A partir de ese momento, los sentidos se volcaron a la búsqueda de los amigos y ya de pasada ver realmente si encontraba algo para su consumo personal, su pequeña dosis para su pasón sabatino. Tubo su habitual… o sería tribal? intercambio de chunches, quedando uno pendiente para una mejor ocación.
Al final se quedó con una placentera sensación de satisfacción, a fin de cuentas el poder ver a los amigos es reconfortante en muchos sentidos.
Nah, que rollo, hasta parece que me crucé con la picsa y los molletes que fueron mi dieta de este día, xiale hehehe